Cómo La Tecnología Afectó Mi Productividad

A primera vista, el título parece ser una vil paradoja, pues es casi una afirmación que la tecnología se hace y avanza para el bien de la humanidad; para hacer nuestra vida más fácil; para potenciar nuestras ideas y por ende, ser “más productivos”. La otra cara de la moneda es que los avances tecnológicos traen consigo varios contras, incluyendo algunos un poco extravagantes como la deshumanización o la Singularidad Tecnológica, sin embargo, en tan extenso tema, solamente compartiré esta rápida anécdota de cómo mi productividad se ha ido degradando gracias al Internet de banda ancha, el smartphone y las redes sociales. Es seguro que muchos de ustedes han pasado por lo mismo o algo parecido.

Todo comenzó con una Pentium II a 333 MHz, 4GB de HDD y 128MB de RAM; con dial-up (¿recuerdan ese: “desconecta el Internet que tengo qué hacer una llamada!!!!” de tus padres?), desde Windows 98, aprendiendo en gran medida sobre optimización de recursos de cómputo, aptitud de la que muchos geeks y expertos carecen hoy en día, TCP/IP, arquitectura de computadoras, incluso algo de lenguaje ensamblador con un tutorial de Wintermute (famoso creador de virus informáticos). Las horas necesarias para descargar papers de Internet, y la mayor parte del tiempo invertida en aprender. Meses después, me compré una revista con un CD de Red Hat Linux 7.3 incluido, estaba maravillado, pues por primera vez en mi vida tenía un gestor de arranque en el MBR de mi computadora!

El tiempo transcurría, meses leyendo papers de PHRACK en formato 7-bit ASCII a 80x24, consola UNIX clásica. No Internet (descargaba los papers estando en Windows), pura prueba y error durante el proceso de aprendizaje. Las madrugadas transcurrían hasta ver los primeros rayos de sol entrar por la ventana, era hora de dormir. Aprender a crear shellcodes, incluso en arquitecturas diferentes de x86, fueron mi pan de cada día por algunos meses, así como también instalar varios Sistemas Operativos en la misma computadora, sólo por diversión, para que en la siguiente instalación echara a perder el MBR y horas más tarde volviera al punto inicial, Windows recién instalado. Tiempos difíciles, pero pronto todo iba a cambiar.

Después de muchos intentos fallidos, finalmente pude compilar el driver de mi winmodem en Linux. Me sentí invencible después de ver que mi ISP me había otorgado ¡una dirección IP pública! Navegaba por Internet desde un Linux ¡No lo podía creer!

Eran épocas brillantes, absorción rápida de información y aprendizaje compartido en el ciberespacio. Gente creando y compartiendo códigos privados y shells remotas en algún punto geográfico en tu nadir. Ahora las madrugadas se desvanecían aprendiendo, a través de la exploración de equipos tomados prestados temporalmente en Internet. Explorando otros horizontes, IRIX, HP-UX, Solaris, etc. Pronto vendría otro cambio radical.

Una hora después de que el técnico de Telmex se llevó sus herramientas consigo y dejó mi casa, yo ya estaba perdiendo algo de mi tiempo en Latinchat, pues ya no “navegaba, sino volaba” con Internet de banda ancha (ADSL). Gran cambio al pasar del RJ11 al RJ45. El porno ahora era de más calidad y ya no tenías que esperar dos eternos minutos para que cargara un .JPG ni mucho menos cinto minutos para ver un clip .MPG de 20 segundos.

Pasaron los años, varios, reemplacé la computadora de escritorio y CDs por una laptop y DVDs. Terminé la universidad e inicié una carrera profesional, y hasta 2010 aún seguía siendo bastante productivo a base de puras llamadas y SMS en mi Motorola V3 dumbphone. Dejó de funcionar. Era hora de un smartphone, Android, conectado a mi cuenta de Facebook.

Ahora invertía tiempo en ver qué hacían o dónde estaban mis amigos, ya tenía “face”. Todo iba bien hasta inicios de 2011, cuando tomando unos mezcales con dos amigos que admiro mucho, me explicaron las maravillas de Twitter. Terminé esa misma noche expresando mi primer idea en la red social de 140 caracteres.

La rigidez corporativa en el ecosistema Godínez de México D.F. se hacía notar al bloquear el acceso a las redes sociales en horas laborales. No fue hasta mediados de 2011, donde muchas corporaciones optaron por el acceso limitado redes sociales. Todo comenzó a irse en picada desde ese entonces.

2015, año en que esos cinco minutos de Facebook antes de abrir el correo del trabajo se convierten en 45 minutos de saltar de artículo en artículo, de link en link, de video en video. Demasiados sitios de contenido, algunos valiosos, otros simplemente estúpidos pero llamativos. Horas invertidas en WhatsApp, Telegram, Twitter, Vine, Facebook, Instagram, Pinterest, HeyHey, por mencionar algunas redes sociales y apps.

Comparto un par de párrafos que me gustaron de The Single Biggest Reason Most Entrepreneurs Fail in 2014 and 5 Things You Should Do to Overcome It por Ali Mese:

“I WAS THE DISTRACTED MISERABLE GUY JUMPING FROM ONE WEBSITE TO ANOTHER, FROM ONE IDEA TO ANOTHER, WHILE GETTING ABSOLUTELY NOTHING DONE...

 

Distraction is the new illness of our generation of entrepreneurs. There is too much noise, too much information overload. If you don’t start controlling your environment, you are destined to FAIL.”

Pero, ¿cómo no sucumbir ante artículos como estos? (mis recientes lecturas/visitas):

• "gatito y perrito jugando, hasta que se enojan. después la mama del perrito viene a separar la pelea"
• "25 conversaciones en las que el auto corrector fue el troll mayor"
• "Averigua cómo abrir una lata sin ningún tipo de herramienta, ¡te puede salvar la vida!"
• "Drone con GoPro filmando a chica en topless"
• "Use a 'fake' location to get cheaper plane tickets"
• "Le dio 100 dólares a un hombre sin hogar y lo siguió para ver cómo los gastaba… ¡INCREÍBLE!"
• "8 libros que toda persona inteligente debe leer según Neil deGrasse Tyson"
• "¿Cómo sacar provecho a la energía de los millennials?"
• "Blade Runner 2, el mejor guión que he leído nunca: Harrison Ford"
• "La Megan Fox brasileña enciende las redes sociales"
• "Las increíbles ilusiones ópticas del graffitero que crea imágenes en 3D"
• "18 fotos inéditas de detrás de cámaras de <nombre de película>"

Hoy en día soy un usuario consumista de basura digital más en Internet, lo acepto, sin embargo me considero productivo cuando tengo qué serlo. Me mudé de Android a iPhone, cuestión de gustos. Me agrada estar conectadísimo con familia y amigos a través de las redes sociales habidas y por haber.

En conclusión, la tecnología (smartphones, redes sociales, gadgets, etc.) evidentemente no es mala, al contrario, es la herramienta más poderosa en este siglo, pero indudablemente es una navaja de doble filo: o le sacas provecho o terminas perdido en el Triángulo de las Bermudas... De las redes sociales.

 

Artículo escrito por Alejandro Hernández  {@nitr0usmx} BrainOverflow.org para La Comunidad DragonJAR